
La consistencia de la sociedad está en la educación. Incluso cuando
vienen mal dadas, se apela lo primero a la educación, a fortalecerla y a
cambiarla en lo que sea necesario. El que se forma no es amigo del profesor, es
su discípulo, a quien el primero trata de enseñar de la mejor manera posible,
dentro de un sistema educativo tan cambiante, y eso es malo, en el deseo de que
ese joven tenga las mejores oportunidades personales y profesionales cuando
llegue al final de su formación.
Cada cual puede elegir. Siempre
he pensado que el respeto con el que tratas a todos está en la esencia exigible
para la tolerancia que debe imperar en tantos asuntos. Asistimos con
preocupación a la explosión de la mala educación, la falta de respeto y el
acoso a quienes se considera injustamente los más débiles de la clase. Antes de
que el problema vaya a más, debemos pensarlo, empezando por los padres y
nuestra falta de vigilancia ante lo que debe ser una conducta social de
nuestros hijos en el respeto hacia todos los demás.
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